Patologías:
Osteoporosis:
Se debe a una desvalorización
de nuestra energía, de uno mismo.
Si no valoramos
nuestros actos y palabras se producirá una alteración en la calcitonina que
dará lugar a la osteoporosis...
Si a la persona
no la han enseñado a valorarse a sí misma, parte ya de una situación de desvalorización
que con los años y las experiencias, se agravará en general.
Bocio y nódulos tiroideos:
Se relaciona con
la palabra, con aquello que hablamos y deberíamos de callar y viceversa.
El bocio es una
energía que no ha salido, son emociones que no se comunican o no quedan
satisfechas. No tiene por qué ser actuales, ya que la raíz puede localizarse en
una situación de la infancia por ejemplo.
Para sanarlo
habría que comunicar lo que previamente se necesitó y no se comunicó aunque
ahora no creamos que sea importante, sin apegos de lo que se diga.
Para poder decir
lo que no has dicho sin sembrar cizaña, sin hacer daño, conviene hacerlo en
primera persona, decir cómo te sientes tú, y sin apego a la palabra. No hay que
recoger miedos e ira de otros con los que hablas.
Tos:
El mecanismo de
la tos se explica como cosas que tienes que decir.
Es un mensaje
pequeño, un susurro del cuerpo para que pongas atención en esa zona que te está
hablando.
Meditación:
Si en meditación
se envía la energía kundalini a la zona de la garganta, se puede producir un
desbloqueo de la energía a ese nivel y, por ende, la autosanación, a modo de
terapia cráneo-sacral.
El poder de la
palabra reside en transmitir algo sin dañar al receptor del mensaje.
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