Se relaciona con
el desapego del resultado.
Según Hipócrates
la zona que corresponde al clima de Tauro es la zona que va desde la escápula
al occipital, siendo la garganta el lugar clave, donde reside el 5º chakra.
En la energía de
Tauro se concentra el poder de lo que antiguamente se conocía como “la laringe
creadora”: el poder de la palabra...
El clima de
Tauro es regido por la fuerza de Venus. Venus es una fuerza húmeda y fría.
Representa la tierra fértil que tiene esa misma humedad (aunque menos que la
Luna) y es la fuerza viva de la naturaleza (la fertilidad).
La mayoría de
problemas relacionados con el 5º chakra se producen cuando no comunicamos lo
que necesitamos (3º chakra).
Rige situaciones
de polaridad.
Los órganos más
importantes que corresponden a esta fuerza son:
-
La glándula tiroides
-
Las glándulas paratiroides
En la glándula
tiroides se localizan las hormonas responsables del metabolismo como la
tiroxina. Si hay un drenaje inadecuado de energía pueden existir desequilibrios
como los que se van a exponer. Es con este ejemplo, donde se va clara la
polaridad de Tauro:
-
Si hay excesiva producción de tiroxina se
produce el hipertiroidismo, y consecuentemente, una aceleración del
metabolismo. Aquí se asociaría con la fuerza de Júpiter ya explicada
previamente, que produce calor y expansión.
-
En cambio, si hay escasa producción de tiroxina,
el metabolismo disminuirá y se producirá el hipotiroidismo. Aquí se asociaría
con la fuerza de Saturno ya explicada previamente, que produce frío y compresión.
El tiroides también
produce calcitonina, que sirve para la correcta osificación del hueso. Así que,
alteraciones en la osificación pueden relacionarse con alteraciones en el
tiroides.
Las alteraciones
en la osificación se deben al calcio, que a su vez depende del tiroides y de la
glándula paratiroides que genera la PTH (parathormona). Así que, si este eje
está afectado, la toma compulsiva de leche sólo producirá obstrucción renal sin
que el calcio que lleve pueda ser asimilado por el hueso.
Cada vez que
hablamos, drenamos o derramamos energía de nuestro cuerpo. Es por este motivo
que hay que discernir si lo que se habla es una semilla o, por el contrario, es
cizaña. Si es semilla, de una de ella saldrán centenares más, es decir,
recuperas la energía entregada por centuplicado. En cambio, si es cizaña, no
habrá fruto y además, atrapará lo bueno que tenías sembrado previamente.
Es importante
saber cuando callar también. La palabra es grano y ahí es donde reside nuestra
fuerza. Si no hay grano, es mejor no hablar y no derrochar energía. Pues si
sale la cizaña, se estropea hasta lo bueno.
Hay que meditar
lo que se va a decir para que salga grano y así, regular el tiroides y el
paratiroides.
Una vez que la
semilla sale de nosotros, no nos preocupamos del resultado. El sembrador sigue
sembrando sin mirar atrás.
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