Para convertirte
en un héroe, lo único que necesitas es “SER”.
Cada día, aunque
en muchas ocasiones sea de forma inconsciente, tenemos que decidir quiénes
vamos a ser a lo largo de las nuevas 24 horas que nos regala el universo.
Tenemos que disfrazarnos de un personaje y vestirnos en consonancia.
Normalmente elegimos los personajes ya conocidos y bien estudiados, porque son
los que menos nos cuesta trabajo.
¿Pero qué
pasaría si cambiamos nuestro personaje por un día? ¿Qué pasaría si, a modo de
obra teatral, esa mañana nos levantásemos con la idea de ser alguien totalmente
distinto? Sobre todo, ¿qué ocurriría si nos arriesgásemos a ser quienes decimos
que no podemos ser por seguir las limitaciones del ego?...
Si lo
hiciéramos, comprobaríamos que estamos totalmente capacitados para ser quienes
queramos ser, y por tanto, nos daríamos cuenta de que no somos lo que pensamos
de nosotros mismos. Eliminaríamos esa barrera imaginaria que un día se creó
cuando nos ponemos el disfraz de nuestro personaje para que el universo nos de
lo que necesitemos.
Estamos
acostumbrados al mundo de víctimas y verdugos, pero realmente no existe ninguna
víctima que no sea a su vez verdugo.
En muchas
ocasiones queremos controlar la situación pensando que así todo saldrá bien,
como buen héroe. Pero no es necesario, eso lo necesita el ego. El héroe sólo ha
de hacerse cargo de la situación, sin apegos y sin aferrarse al resultado
final. Porque cuidar, también es diferente de atender.
El héroe suelta
sus dramas porque mientras estos existan no podrá transformarse en héroe. El
héroe se da permiso para conocer sus limitaciones y creencias y es capaz de
darse cuenta de que aquello que creía de forma acérrima no es real.
El villano se
aferra a su drama para empoderarse a través del dolor, trabajando desde la
fuerza. Engancha todas sus tragedias para justificar su vida. En ocasiones
puede buscar al héroe para comprobar que existe verdaderamente. Y es ahí donde
el villano puede tener una oportunidad para convertirse en su antónimo.
El villano se
desconecta del amor a sí mismo. Puede incluso que tolere maltrato externo, y la
tolerancia al maltrato externo es proporcional a la tolerancia del maltrato
interno.
El héroe no
necesita empoderarse pues tiene valor de ser y trabaja desde el amor, porque
sabe que, por más dolorosa que sea su experiencia, ya pasará. Tiene un enfoque
claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página