"Debajo de tu piel vive la luna"
Pablo Neruda
Hay circunstancias que hacen mella pero más que luches, por más que intentes salvar, por más que ames, por más que se deba permanecer... simplemente, con un soplo, se desmoronan. No es bonito decir adiós pero, a veces, sí es liberador y es en esa libertad donde reside la belleza y la necesidad.
El corazón de uno de los bebés se paró a la mañana siguiente.
Debían preparar el cuello del útero para ayudar a forzar el parto y evitar una
posible infección grave en Nazaret. Tras volver de nuevo a quirófano, esta vez
con sedación, no tardó más de una hora en sentir que tenía ganas de empujar.
Cayendo la noche, en la cama de la habitación de las
mariposas, nació un pequeñín, acogido por su madre y por mí. Pero no hubo
tregua, no hubo tiempo de conocerse, de despedirse, de dejarles volar...