"Quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido, equivale a mantenerse con vida pero no vivir"
Anónimo
Mientras estoy escribiendo este relato ha venido a mi mente un hecho
bastante curioso que ocurrió hace unos meses atrás. Allí, en la ciudad donde
residimos por última vez, zona costera con mucha luz y vida, casa de veraneo de
mis suegros desde hace bastantes años; una conocida preguntó a mi suegra sobre el estado de salud de su hija y la siguiente pregunta fue si ya la había dejado.
Cuando le respondió que seguíamos juntas se extrañó bastante y comentó que casi
todas las personas que conoce con problemas similares habían terminado con la
relación. Me hizo reflexionar...
La enfermedad es una herramienta que nos ayuda a ver dónde estamos en el
momento en que aparece la misma. Vivimos en un mundo de mucha distracción
(sobre todo desde la llegada de “san
internet” y los smartphones) y poco gozo. Esto nos anestesia para no ser
conscientes de nuestro dolor álmico, causa directa de la enfermedad física, y
entramos entonces en la inconsciencia del sufrimiento. Pero el sufrimiento no
es mas que toda creencia que nos hace vivirnos como una entidad separada y
mucho más importante y especial que el resto. El sufrimiento te impide ver más
allá de ti mismo, y desde mi ombligo todos los que me rodean son malos, todo es
lucha y sufrimiento. Pero desde mi conciencia, todos son YO y tienen algo que enseñarme y yo a ellos...
Y con respecto a la persona que acompaña al enfermo, esa persona está en tu
camino para algo, no es casualidad. Ella se ha prestado a ponerse el disfraz
que yo necesito para mejorar. Ella me decía desde el silencio y con su ejemplo, que me estaba
equivocando, que por ahí no iba el camino, que había que saltar al vacío. Y yo
tenía 2 opciones, o seguir desconectada de mí misma sin darme el permiso de ser,
entrando en la energía tan densa que supone el sufrimiento; o aceptar el dolor
hasta que pueda ver más allá del mismo. Pero el dolor no es comparable con
sufrimiento. El primero es la separación interna que sentimos del UNO, es la
misma dualidad y es necesario para recordar que tenemos que volver al hogar,
así que no pasa nada por sentir dolor, no hay que estar alerta, sólo abrazarlo
y aceptar que en ese momento forma parte de lo que tú estás siendo.
Es diferente de lo que podía haber hecho (bueno, que hice durante algunos
meses), aferrarme al estado de Nazaret y las posibilidades médicas tan
limitadas de vida que nos habían dado los especialistas, regodearme en lo mal
que lo pasé cuando creía que se moría en varias ocasiones y alimentar el
sufrimiento desde el calvario que me esperaría en el futuro. Hacer crecer a mi
ego con las frases clásicas: ¿por qué a
mí? ¡Qué injusta es la vida! ¿por qué ha pasado todo esto?...
Cuando de verdad te das cuenta de que cada
día la vida y tu alma te están dando la oportunidad de ver dónde estás y de
qué herramientas dispones, dejas de lamentarte, de buscar salvadores en el
exterior, de preguntarte por qué a mí y de encontrar el regustillo al
sufrimiento. Así que, ¿por qué iba a dejar
a Nazaret si me daba la oportunidad de aprender y crecer cada día? Si fue
en ese periodo de tiempo donde realmente comencé a ser feliz, y encima hasta
tenía la suerte de ver cómo ella también crecía y se realizaba como ser humano.
Hubiese sido una incongruencia abandonar en ese momento el barco del despertar,
de la luz, del amor…
Mis compañeros de trabajo se sorprendían de verme tan feliz, alegre y de
buen humor. Cómo explicarles el por qué me sentía renovada, el porqué de la
Elena de hace unos meses ya sólo quedaba la carcasa… quizá estas palabras les
sirvan a aquellas dispuestas a salir de la sombra y el confort del ego. Supongo
que la única forma que tenemos de hacer
algo por alguien es hacerlo por nosotros mismos, y ver que se puede desde
el ejemplo. Yo pude transformar el pasado desde la comprensión y el perdón.
Cuando no perdonas lo único que consigues es mantenerte enganchado al
sentimiento negativo y autoaprisionarnos en esa energía. Para perdonar hay que
soltar y dejar ir, que fue lo segundo que hice después de perdonarme a mi
misma.
Puede que la gente creyese que estaba haciendo un sacrificio al quedarme
con Nazaret. Y era verdad. Pero era cierto desde el concepto primitivo de la
palabra. Hacer un sacrificio es hacer sagrado a alguien y no lo que nos
han enseñado desde el ego: renunciar a algo que nos hace sentir bien a nosotros
para que el otro se sienta bien, es decir, hacer algo por ti que no quiero
hacerlo para mí y así que tú estés en deuda conmigo. Esto último es mercadeo y
no la esencia del amor puro.
Buscamos fuera sin amarnos antes a nosotros mismos y entonces, para que nos
amen tenemos que esforzarnos y DEMOSTRAR siempre a la gente, a la pareja… Si no
te quieres a ti mismo, no eres capaz de reconocer la carencia. Desde esta
perspectiva sólo alimentamos la energía que nos aparta del amor y de las oportunidades
que nos brinda la vida para crecer, porque alimentas la carencia y ahogas a la
abundancia. Y solo ves lo que quieres ver.
Hay infinitas excusas para justificar el mundo que vemos fuera. Sólo cuando
se está dispuesto sin contratos ni
garantías es cuando estamos preparados para ser, para saltar al vacío sin
saber dónde caerás. Hasta ahora nunca me había querido. Era mi realidad. Eso
sí, el ego lo tenía muy maleducado y era lo único que habitaba en mí. Hasta que
no renací, sufría y no era capaz de sacrificarme en la acepción profunda de la
palabra. En la actualidad no existe un camino de rosas, y viene mi ego a
desmontarme toda la red de amor que fluye en mí, porque me ha tocado un ego
demasiado analítico y perspicaz que todo cuestiona, y es capaz de darle la
vuelta a la tortilla a poco que me descuide para desmontar el tinglado que mi
corazón sabe real.
Gracias por mostrar tu camino, me ayuda a recordar cuál es el mío.
ResponderEliminarUn beso enorme!
Todos los dias abro mi facebook esperando encontrar un nuevo relato,tu historia me conmueve,me hace llegar la felicidad plena de una pareja que ha vivido un gran amor.
ResponderEliminarSigo los relatos, me hacen reflexionar y analizar lo que realmente es importante. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminar