"Durante años metió en un tarro lo
que quería ser, lo que debía, lo que esperaban de ella, lo que le habían dicho
sus padres o sus profes que sería, lo que quiso su pareja, lo que la sociedad
le impuso. Un día al abrir el tarro sus
manos se paralizaron y lo dejó caer, todo voló y sin pretender llegar a ser
nada empezó a ser ella misma."
Nazaret Martín Anaya
De la noche a la mañana 32 años de vida, de seguridad, de control,
de planes y de tener se fueron a tomar por culo. Jamás he sentido ni creía que
podía experimentar todo lo que conozco ahora. Hoy en día hasta pienso que el
cielo y el infierno son la misma cosa y todo depende del ángulo con que lo
mires…
Mi pareja, ya mi mujer, quedó embarazada de gemelos tras una
inseminación estándar en marzo, como teníamos planeado. Pero a las 9 semanas de
embarazo sufrió un tromboembolismo pulmonar masivo que casi le cuesta la vida.
Desde ese día, 12 de mayo de 2015 hasta noviembre de 2015 he llorado 3 veces
más su muerte que su vida porque ciertamente estuvo más allí que aquí en 3
ocasiones con sus 3 ingresos reglamentarios en UCI y sus 3 intervenciones
quirúrgicas, la última también apoteósica para al final ser diagnosticada de
cáncer (nosotras preferíamos llamarlo el “bicho del miedo” y ya contaremos su
explicación), uno extremadamente raro y en una localización inusual, que costó
su diagnóstico el envío de la muestra a 3 hospitales diferentes y con el que, si
os soy sincera, estoy un poco mosqueada…
En otro momento de mi vida me hubiese
ofuscado el hecho de no ponerle un nombre y apellidos como Dios manda a la masa
que tenía, pero hoy en día creo que Nazaret y yo, fuimos las únicas que supimos
realmente lo que fue eso. De los bebés tuvimos que despedirnos a las 17
semanas. Los muy jabatos aguantaron el tirón del primer ingreso, pero se
fueron. Creo que conforme crecían los pequeños, también lo hacía “el bicho” y
los 3 en un mismo cuerpo ya torcido y ajado, eran multitud.
Curioso como se
repite siempre el número 3. En la numerología, el 3 simboliza la comunicación y
la alegría de vivir. Históricamente fue catalogado como el más sagrado de los
números y se le consideraba como la imagen del Ser Supremo en sus 3
personalidades: la material, la espiritual y la intelectual. Interesante ¿verdad?
Yo, la médica llena de titulitis, no fui capaz de sospechar
ninguna de las enfermedades por las que fue pasando Nazaret, ninguno de los
ingresos graves, vamos que ni los olí como quien dice. Jamás pensé que una
mujer sana hasta la fecha pudiera “echarse a morir” tan rápido y tantas veces.
Nunca en su vida había pisado antes un hospital y el centro de salud a penas lo
conocía tampoco. Parece que fue firmar el papel de boda para hacerme
responsable de firmar las decenas de consentimientos informados entre intervenciones
y procedimientos que le hicieron mientras no era consciente de ello (o eso
creo…)...
Hasta hace poco maldecía toda mi existencia y la suya,
lloraba queriéndome aferrar al pasado, a los tiempos felices, como el programa
que hay en telecinco ahora con la incombustible y todoterrero María Teresa
Campos. Fue hace 3 días cuando me fue desvelado, cuando se quitó el velo que
tapaba mi vista, el por qué de todo este proceso. Puede parecer extraño lo que
voy a escribir a continuación, pero lo sentí tan verdadero y real como el que
sabe que su pelo es moreno y no rubio:
”Resulta mi vida que tu y yo ya nos
conocíamos de otras vidas antes de bajar a la tierra en esta encarnación, ya
nos amábamos. Antes de volver a nacer pactamos despertarnos juntas en la
tierra, tú a través de tu enfermedad y yo como tu acompañante: médico para
romper así contigo las creencias limitantes que me marcaron a fuego en mi
profesión, dando un salto al vacío que aún me produce vértigo porque ni siquiera
hoy sé donde caeré y dejando lo que más amo en esta vida en manos del fluir,
del amor incondicional, de lo intangible, de aquello que no puedo controlar
desde el ego, donde la seguridad está en el corazón y no en una prueba de
imagen o una analítica… Tu eras la única forma para poder despertar, porque de
otra manera lo hubiera mandado todo al carajo. Primero tenias que despertar tú,
para yo hundida en lo más profundo de mi ser, destrozada, herida de muerte,
seguirte incondicionalmente y resurgir de las cenizas como el ave fénix. No
queda nada o casi nada de lo que era, aunque aun sigo quitándome capas de
cebolla para que respire mi pobre alma tan escondida durante tantos años.”
Su cumpleaños era el día 3, 3 de Enero... Curioso también, no? :)
ResponderEliminarY el mío ...
ResponderEliminarNo puedo ni imaginar por todo lo que habéis pasado. No puedo ni imaginar cómo todo esto os ha marcado. Y no puedo ni imaginar cómo debes de echar de menos a Nazaret. Pero he leído todas y cada una de las entradas del blog y me he llenado de optimismo. Es increíble todo lo bueno que transmitís, tu aquí y ella contigo a través de ti. Os seguiré leyendo! Un abrazo enorme :)
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