miércoles, 13 de septiembre de 2017

La Respiración y las Emociones


La respiración tiene una gran relevancia en nuestro mundo emocional. Y es algo tan básico que apenas le prestamos atención. La respiración es tan importante que es la que marca nuestra entrada en este mundo cuando nacemos y también la que apunta nuestra salida de él cuando cesa.

Si estamos atentos a los cambios en nuestra respiración, nos daremos cuenta inmediatamente de que la manera de respirar nos informa sobre la existencia de algún cambio mental y emocional que se está produciendo en ese mismo momento.

Por ejemplo, la ansiedad genera un patrón respiratorio rápido y superficial que aumenta los niveles de ácido láctico en sangre, los cuales, a su vez, generan mayor grado de ansiedad...


Los ejercicios de respiración son muy importantes para ayudar a desprendernos de esas corazas emocionales que hemos desarrollado a lo largo de los años.

Volver a un patrón de respiración tranquilo y abdominal tiene un poderoso efecto calmante y por eso, es tan práctico en situaciones complicadas cuando ocurre algún evento que nos saca de nuestro punto de equilibrio. Así, si por un momento eres consciente de que estás perdiendo la serenidad, bastará con pararte, anclarte a tierra con los pies bien enraizados y hacer tres respiraciones profundas abdominales. Esto hace que desconectes inmediatamente del patrón mental que te llevó a salir del centro de tu ser.

La respiración además es de enorme utilidad para cultivar la capacidad de concentración y de prestar atención. Si cerramos unos minutos los ojos y nos concentramos en los movimientos de la respiración veremos cómo experimentamos unos momentos de calma, paz y serenidad.

El simple hecho de parar los pensamientos perturbadores que invaden nuestra consciencia tiene un efecto saludable porque reduce nuestra tensión interior y produce relajación corporal

Mucha gente no sabe respirar correctamente y usa sólo la parte superior de los pulmones, semejando una respiración entrecortada como ocurre como se ha comentado antes en personas con problemas de ansiedad. Esta respiración es a lo que nos lleva el mundo actual con el estrés y la frustración tan presentes. Pero si somos capaces de cambiar la forma de respirar poco a poco, cambiará también nuestra forma de ser y, por tanto, de actuar. Por eso, seamos como niños: inocentes, sin miedos, creativos… y respiremos con el abdomen. 

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