Trascender los
niveles de conciencia significa superar las diversas polaridades de la vida,
comprendiendo que estas son las fuerzas que generan el movimiento de lo que
llamamos vida. Una polaridad no puede existir sin la otra.
Posicionarse,
atacar a la otra polaridad, genera más fuerza dual y nos mantiene atrapados en
una especie de noria que nunca para y cada vez gira más rápido. Para detener
este movimiento se precisa quietud mental, y ésta se consigue cuando se
adquiere plena conciencia de que lo que tengo enfrente es una proyección. No se
trata de juzgarlas, sino de comprender
que las polaridades se complementan. Entonces permito que se produzca una
explosión de luz que hace posible trascender la dualidad y ver la solución del
presunto problema...
Cuando comprendes
que la dualidad en realidad es una ilusión, todo tu mundo se desmorona. No
sabes cómo ver lo que ves. Sigues presente, pero nada es igual. Todo lo que te
ocurre, tus vivencias, las relaciones que terminan o empiezan, tiene que ver
con este cambio de conciencia que experimentas; esto es vivir la trascendencia. No es resignación ni nada parecido.
Cuando aceptas que
todo tiene su razón de ser y que se manifiesta en la medida en que tu
conciencia deja de perseguir resultados y abandona el control, tu mundo se va
alterando y tu realidad empieza a ser otra. A esto se le llama estar en el mundo y no pertenecer a él.
El amor consigue sin esfuerzo lo que la fuerza no puede lograr, pues llega a donde la fuerza no alcanza.
Hay una verdad a
la que se resiste la gente: que el mundo
que percibimos es fruto de nuestro sistema sensorial. Si este vibrara a
otras frecuencias, veríamos otro mundo, y por tanto veríamos otras
experiencias. Cuando un árbol cae solo produce pulsaciones de aire silenciosas.
Mucha gente responde que su caída sí hace ruido. Estas personas no pueden
sustraerse de estar presentes; no piensan que, para que haga ruido, tiene que
haber un observador con un sistema sensorial que capte esas pequeñas
vibraciones en forma de sonido. Cuando tocamos un árbol lo percibimos como algo
sólido, pero todo es una sensación del cerebro que proyecta una carga de
electrones en la periferia del cuerpo para darle forma, y esta su vez choca con
la pared de electrones del árbol. La pregunta que debemos hacernos es quien o
que ha creado esta especie de envoltorio autónomo que se considera
independiente de todo lo que le rodea.
Para hacer
preguntas que cambie la conciencia, hay que estar dispuesto a encontrar
respuestas inesperadas y fuera del propio sistema de creencias. ¿Cuánta gente está dispuesta esto? ¿Cuánta
gente está dispuesta a renunciar a sus principios, a sus verdades? No podemos esperar resultados diferentes
cuando siempre damos las mismas soluciones a los mismos problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página