La muerte es laoportunidad de ser en cada instante. Es aquella capaz de mostrarte la belleza
en lo efímero. La muerte no es un enemigo a batir, alguien con quien luchar o
ir a contracorriente. Si sabes observarla encuentras la belleza de lo infinito
en ella.
Anoche me crucé
con sus ojos. Y eran los más bellos que jamás vi, tan familiares, tan
atrapadores, tan míos y de la humanidad. Me perdí en ellos, nadando hacia el
hogar, ese que no necesita de un lugar, hasta alcanzar la más sublime paz,
hasta que los reconocí. Pasarán una y mil vidas y seguiré reconociéndolos a
pesar de mi amnesia.
La muerte no es
el final, sino el principio del ser. Y la vida no tiene más remedio que
rendirse a su plenitud, demostrando que ella misma no es más que un instrumento
de la muerte para llegar a conocerla desde otro prisma, con otra amplitud...