El corazón no es
solo un centro, sino que es el centro del cuerpo. Está aproximadamente en el
centro, ligeramente desplazado a la izquierda, el lado de los sentimientos
(correspondiente al hemisferio cerebral derecho). Está exactamente en el lugar
que uno toca cuando se señala a sí mismo. El sentimiento y, más aún, el amor
están íntimamente unidos al corazón.
El corazón no
miente. La verdadera energía del corazón
es el amor. Por eso al hablar, si se hace mirando a los ojos, se generará
más confianza. Pues el brillo de los ojos viene del corazón. Cuando una persona
dice la verdad se activa el sistema nervioso parasimpático (entre otras
acciones es el que nos trae la calma) que también controla glándulas como la
lágrima. Si hay película lagrimal en los ojos, éstos le brillarán y sabrás que
está diciendo la verdad...
Si repasamos
algunas de las muchas frases hechas en las que se habla del corazón, veremos
que siempre se refieren a situaciones emotivas. Estas son algunas de ellas:
-
Me duele
el corazón: el corazón duele por poseer, no por querer. Se debe a miedo e
inseguridad a perder algo o alguien por creer que es tuyo. El amor sólo da. No
necesita ser comprendido ni recibir. Y cada uno de nosotros hemos de ser
completos por nosotros mismos.
-
El corazón
no le cabe en el pecho: Son aquellas personas a las que, de buenas se les
consideran tontas. Pero esto tampoco es amor real, pues el amor verdadero
también necesita decir que no. La enfermedad que se produce se denomina miocardiopatía dilatada y su origen se
manifiesta en una persona que se da a los demás para agradar subyaciendo de
base una inseguridad en ella misma.
-
No tiene
corazón: estas personas son aquellas cuyo corazón no tiene cabida para su
función, que es bombear la sangre por todo el cuerpo. Pierden las cavidades
porque los tabiques del corazón crecen sin dejar hueco para que se llenen de
sangre: la vida. La enfermedad que lo expresa se denomina miocardiopatía hipertrófica.
-
Es frio de
corazón o tiene el corazón congelado: se trata de personas más mentales que
han dejado de escuchar a su corazón. Lo que tú no inflames se inflamará. La
patología que representa a esta expresión es la inflamación de las coronarias
conocida como arteriosclerosis, capaz de producir angina de pecho. La arteriosclerosis es una inflamación que, como
consecuencia, produce endurecimiento de las arterias. Es curioso que la mayoría
de pacientes con esta enfermedad toman ácido acetil salicílico pero a unas
dosis muy pequeñas, casi irrisorias. La aspirina infantil contiene 250 mg de
este compuesto. El adiro, nombre comercial más usado para el ácido acetil
salicílico, contiene 100 mg, y para una persona de 70 kg de peso debería ser
insuficiente. Sin embargo funciona. Y la razón por la que es útil, como se
puede sustraer no se debe a la cantidad sino a la información que aporta este
medicamento. Al ser antiinflamatorio se le da esta información al cuerpo para
que su corazón se abra, se dilate.
-
Tener el
corazón cansado: se debe a luchar contra tu corazón, por haber tenido que
hacer algo en contra de lo que el corazón le decía. A veces ocurre debido a
programas mentales, creencias instaladas que crea un conflicto con el corazón.
La patología que aparece es la insuficiencia
cardíaca.
-
Tener el
corazón encogido, en un puño: causado por el miedo, capaz de acelerar el
corazón y hacerlo más pequeño. Cuanta más conciencia tenga una persona, más
capacidad de amar tendrá.
-
Salirse el
corazón de pecho: producido al contener una emoción que se quiere expresar.
Cuando la verbalizas o la expresas de alguna otra forma, el corazón se
tranquiliza.
-
Se me para
el corazón: son personas que no supieron aprender ni darle rienda suelta a
la vida. La sangre se “cuaja” y por eso necesitan sintrom y en los casos más
graves, un marcapasos para que algo externo ponga en marcha lo que esa persona
no supo o pudo, como en algunos casos de Infarto
Agudo de Miocardio.
Las patologías concretas de las válvulas del corazón, que producen los
tan conocidos soplos, también tienen
su explicación:
-
Si la causa del soplo es por una insuficiencia, la persona sentirá que
la vida se le escapa con las emociones, pues no es capaz de controlarlas. En la
insuficiencia, la sangre se escapa por la válvula, es decir, la persona deja
escapar la vida.
-
Si la causa del soplo se debe a una estenosis, la persona no interpreta las
emociones como suyas, conteniendo las mismas para que no salgan.
Hay personas que
sienten que le han roto el corazón.
Si esta ruptura se recupera desde la mente, el corazón se endurece y entonces
podrá tener buenas palabras pero no hechos. En cambio, si se recupera desde la
comprensión y la consciencia, tu espíritu y tu consciencia se amplían y el
corazón puede hacerse un poco más grande.
Valdría la pena
pararse unos minutos a responder estas
cuestiones:
-
¿Tengo la
cabeza y el corazón, el entendimiento y el sentimiento, en un equilibrio
armónico?
-
¿Dejo a
mis sentimientos espacio suficiente y me atrevo a exteriorizarlos?
-
¿Vivo y
amo con todo el corazón, o me reservo algo?
-
¿Mi vida
es animada por un ritmo vivo o trato de forzarle un compás más rígido?
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