Dos amigos se encuentran
después de muchos años. Uno es astronauta y el otro neurocirujano. Después de
tomarse varias cervezas y hablar de sus aventuras y desventuras, entran en
temáticas más profundas. El astronauta sugiere que Dios no existe, porque ha
viajado por el universo y no lo ha visto en ningún lado. El neurocirujano le
contesta: entonces nosotros no estamos aquí, no estamos hablando y ni siquiera
nuestros pensamientos existen. ¿Por qué
dices eso?, pregunta el astronauta. El neurocirujano se rasca la barbilla y
le contesta: me baso en tu argumentación acerca de tu experiencia sobre la
existencia de Dios, pues te puedo asegurar que en ninguna de mis muchas
operaciones cerebrales encontrado jamás una idea...